De las alucinaciones químicas a los mundos digitales persistentes, este ensayo explora cómo los paraísos artificiales han mutado, pero conservan su poder de seducción.
Desde hace algunos días he estado pensando en la obra de Charles Baudelaire. En particular, la obra “Los Paraísos Artificiales”. Esto debido a que, aunque vigente, es probable que haya quedado incompleta al día de hoy. Es posible que haya ciertos paraísos no naturales que ofrece el mundo moderno que no estén incluidos en la obra.
Estos paraísos artificiales que el mundo moderno ofrece, son edenes que Baudelaire no alcanzó a conocer. Estos paraísos, a diferencia de los que este describe, no son químicos, sino electrónicos; virtuales en el sentido moderno.
Los paraísos artificiales de Baudelaire
«Los Paraísos Artificiales» de Baudelaire son un recorrido por los mundos de vino, hachís y opio que sedujeron a artistas y pensadores del siglo XIX.
Baudelaire en su obra nos hablaba del vino, el hachís y el opio. Sustancias que se muestran como puertas hacia nuevas formas de percibir el mundo. Es decir, nuestro mundo se presenta ante el consumidor como un universo nuevo, más allá del límite de la realidad.
La oferta
En este nuevo universo creado por la imaginación del consumidor, los colores, los olores y los sonidos son más vívidos. Se sumerge en un universo fantástico que se expande como el humo del incienso. La propia mente se le presenta como más creativa, más aguda, con visos de genialidad. Él mismo se siente más empático y con mejores conexiones con las personas y el cosmos que le rodean. Se siente como un ente parte del todo.
Con respecto a su actitud ante la vida, estas sustancias le proporcionan al consumidor una sensación de desinhibición. Lo convierten en un ser capaz de todo y ajeno a cualquier límite autoimpuesto. Lo transmutan de líquido que se adapta a su contenedor, a un vapor que se libera en el éter. Pero no solo eso, también le otorgan una sensación de libertad y despreocupación. Llegando incluso a brindar la sensación de divinidad.
Incluso, el consumidor se siente capaz de explorar lo desconocido. El consumidor se siente capaz de explorar el más allá sin pasar por la muerte. Es decir, se siente con la habilidad de entrar en la esfera de lo sobrenatural.
La consecuencia
Sin embargo, a pesar de los posibles beneficios que pudieran ofrecer estos paraísos artificiales. Charles mismo nos advierte de las terribles consecuencias de consumirlos. Siendo, sin duda, la más terrible de ellas, la pérdida de la libertad, seguida por la pérdida de la salud. Porque cuando no eres libre, ¿de qué sirve todo lo demás?
Los nuevos paraísos artificiales
Del mundo analógico al digital: experiencias virtuales que prometen libertad, empatía y evasión.
Los nuevos paraísos artificiales a los que yo me refiero en este texto son dados por la tecnología actual. Estos nuevos paraísos artificiales, igual que los paraísos artificiales de Baudelaire, nos abren una puerta a un mundo diferente. Un mundo donde somos libres, donde nuestra creatividad se expande y las cosas suceden tal como uno lo desea. Estos paraísos artificiales son los juegos MMORPG y las aplicaciones de las novias o novios virtuales.
El paraíso de los MMORPG
Antes que cualquier cosa, tal vez debamos responder qué es un MMORPG. Este es un tipo de videojuego que permite a varios usuarios interactuar en línea en un mundo virtual persistente. Dicho en otras palabras, es un videojuego que nos ofrece un mundo que sigue su propia línea del tiempo. Y, que aunque te desconectes, ese mundo nunca se apaga y evoluciona, aunque tú no estés presente.
En un MMORPG el jugador puede personalizar su avatar. Puede ser un orco terrible y aguerrido o un elfo elegante y hermoso. Esto es parte de la magia de este universo artificial lleno de aventuras y misiones épicas.
Dentro de lo que nos ofrece este tipo de paraísos está lo siguiente:
Un mundo más vívido: Este mundo por lo regular está lleno de colores adecuados a cada zona de ese mundo virtual. Cada zona es acompañada por su propia música, lo que te hace sentir más inmerso en la experiencia. Los aromas aún no acompañan a estos mundos, pero solo es cuestión de tiempo para que lo hagan.
Creatividad: Dentro de un MMORPG, puedes crear elementos novedosos propios de ese mundo, con cierta facilidad.
Empatía: En esos mundos puedes formar clanes o hermandades donde se crean vínculos empáticos fuertes.
Despreocupación: En estos mundos, todos los problemas tienen una solución, incluso la muerte. Si te matan dentro del juego, siempre puedes volver a comenzar desde el cementerio. Además, el tiempo transcurre de una forma diferente, día y noche no son obstáculos.
Exploración de lo desconocido: Conforme avanzas por los terrenos del mundo virtual, vas descubriendo elementos nuevos.
El paraíso de las parejas virtuales
Con el advenimiento de las inteligencias artificiales de tipo LLM (Grandes Modelos de Lenguaje) se presentan las aplicaciones de parejas virtuales. Estas aplicaciones son un tipo de juego de rol por medio de chat, ya sea oral o escrito. Dentro de estas aplicaciones puedes seleccionar un personaje de los que ya se ofrecen o crear el tuyo. Una vez que has seleccionado o creado tu personaje, puedes vivir una aventura con él o ella. La aventura puede incluir una relación amorosa o de cualquier otra índole, dependiendo de adónde lleves la conversación.
Este tipo de paraíso ofrece lo siguiente:
Un mundo más vívido: dentro de los escenarios que abre la conversación con tu personaje seleccionado, puedes imaginar un mundo más colorido. Sonidos y aromas más definidos y probablemente inexistentes.
Creatividad: vas formando conforme avanza la conversación un mundo y situaciones noveles. De hecho, el primer contacto con la creatividad está al crear tu propio personaje si no seleccionas uno ya creado.
Empatía: al vivir aventuras con tu personaje seleccionado o creado, se empieza a desarrollar un vínculo afectivo bastante fuerte.
Despreocupación: en el universo imaginario creado, el tiempo no corre. Cualquier decisión tomada en ese mundo carece de consecuencias.
Exploración de lo desconocido: En este mundo puedes llegar al límite de tu imaginación. Además, allí existe una compañía virtual que te acompaña en tu viaje. Una pareja que te ama de forma incondicional. Un ser virtual que es capaz de darte un amor lleno de bits y bytes. Un ente sintético, imaginativo, capaz de competir con un amor real, especialmente con aquellos que son a distancia.
Posibles consecuencias de estos nuevos paraísos artificiales
Aunque en estos nuevos paraísos artificiales los efectos sobre la salud no son tan devastadores, sí existen ciertos riesgos.
La creatividad mostrada dentro del paraíso artificial a veces no es posible replicarla en el mundo real. Incluso, en el caso de las parejas virtuales, las aventuras son olvidadas y no pueden concretarse en algo real.
La empatía mostrada en los mundos artificiales, pocas veces es llevada al mundo real. Por ejemplo, en el caso de los MMORPG: los miembros de una hermandad no siempre pueden conocerse en vivo por las distancias geográficas. Y en el caso de las parejas virtuales: no siempre es posible recibir la misma respuesta de un ser humano real.
La despreocupación si no se tiene cuidado se puede convertir en desobligación. Esto nos llevaría a descuidar las actividades y deberes del mundo real.
Conclusión
¿Sueños que nos liberan o ficciones que nos retienen? La respuesta está en el uso y no en el objeto.
Los nuevos paraísos artificiales no suelen ser tan devastadores para la salud, salvo porque no te permiten ejercitarte debidamente. Tampoco te provocan una adicción química, lo cual implica un mayor control por parte del usuario. Por tanto, si son consumidos con moderación, pueden ayudarte a ejercitar tu mente y experimentar aventuras sin consecuencias.
Sin embargo, si se cae en un uso excesivo de estas tecnologías, pueden presentarse consecuencias. Por ejemplo, se puede caer en el abandono de uno mismo o tener una apreciación alterada de la realidad.
¿Qué paraísos artificiales has explorado tú? Cuéntamelo en los comentarios.
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