Este ensayo reflexiona sobre el verdadero significado de ser una persona culta. A través de una mirada crítica y cercana, se distingue entre cultura, instrucción y superficialidad intelectual. Con ejemplos que van desde la música clásica hasta los chistes populares, se defiende la idea de una cultura completa, integradora y no elitista. Ideal para lectores interesados en filosofía cotidiana, educación y humor con fondo reflexivo.
¿Qué es cultura?
Hablando de cultura podemos tener distintos conceptos, los cuales suelen ser aplicables según el caso particular del que estemos tratando. Por ejemplo, cultura puede ser el conjunto de costumbres y tradiciones que distinguen a un grupo social o país. Por ejemplo, cultura griega, cultura mexicana, cultura china, etc. También, son cultura, las artes y las actividades que propician el desarrollo intelectual. Y, finalmente, lo que aquí nos atañe, un estado desarrollado de la mente.

¿Qué significa ser una persona culta?
Una persona culta es quien ha ampliado su radio de intereses, conoce tanto la alta como la baja cultura, y tiene criterio propio para integrarlas.
Una persona culta se dice que es aquella que ha ampliado el radio de sus propios intereses. Quien en consecuencia tiene una visión más elevada y universal.
La amplitud de intereses como base
Algunas definiciones acerca de lo que es una persona culta, entran más a detalle, enumerando algunas de sus características. Sin embargo, ninguna difiere mucho entre sí. Por tanto, podemos tomar como base la definición que menciona la ampliación del radio de sus propios intereses. De esta manera, podemos decir que una persona culta no solo sabe de los tópicos de su especialidad. Si no, que también conoce de otras áreas.
El papel de la lectura, los idiomas y el arte
Para lograr la ampliación de intereses, una persona culta tiene en su haber la lectura de varios libros. Por lo cual, también tiene el conocimiento de uno o más idiomas aparte del materno. Idiomas que le permiten una obtención más amplia de conocimiento, así como el acercamiento a otras culturas.
Una persona culta suele disfrutar de un buen concierto de piano o una sinfonía. También suele emocionarse con las pinturas de los grandes maestros. Tal como dice José Ingenieros en su libro “El Hombre Mediocre” acerca de “esas pocas personas”, los idealistas. Porque, de una manera u otra, las personas cultas también son idealistas. De hecho, una persona culta, suele identificarse con los personajes de una buena novela. Incluso, vibrar de emoción con los poemas de Alfonsina. En fin, esta podría decirse (a grandes rasgos), es la idea más aceptada que tenemos acerca de una persona culta.

La cultura como totalidad: alta y baja
¿Se puede disfrutar de Chaikovski y la cumbia?
Sin embargo, yo podría agregar algo más. Una persona culta debería ser capaz también de entender un albur y desternillarse de risa con los chistes de Pepito. De igual forma, debería disfrutar con alegría de una rítmica cumbia, de la misma manera que podría disfrutar la 5ª. Sinfonía de Chaikovski.
¿Por qué entender un albur también es cultura?
Conociendo qué, cultura también es el conjunto de costumbres y tradiciones de un grupo social o país. Justo es que una persona considerada culta, conozca tanto las áreas de la cultura identificadas como “elevadas”, como las consideradas “bajas”. Pues en caso contrario, esta persona “culta”, solo poseería la mitad de la cultura. Por tanto, podría decirse que es tan inculta como aquellas personas que solo conocen la otra mitad. Es decir, sería tan inculta como aquellas personas que solo conocen la denominada cultura popular.

¿Culto, instruido o intelectualoide?
Ser o no ser intelectualoide en cultura
Así que teniendo en mente estas características, podríamos entonces diferenciar entre una persona culta y los intelectualoides. Siendo los intelectualoides aquellos que solo conocen la mitad de la cultura. Aquella mitad que consideran elevada. Pero, que no son capaces de formular juicios críticos e independientes, debido a que su información también es limitada. Desgraciadamente, estos últimos suelen ser confundidos con personas cultas por el resto de la población que posee la otra mitad de la cultura. Siendo que, funcionalmente hablando, se es igual, ya sea que se pertenezca a un grupo u otro.
Ser o no ser simplemente instruido en cultura
También cabe destacar que ser instruido no significa necesariamente ser culto. De hecho, la gran mayoría de las personas instruidas no son cultas. Esto debido a que una persona instruida solo debe tener pleno conocimiento de su área de estudio. Para ser instruido, no es necesario tener conocimiento de otras áreas. Sin embargo, estas personas instruidas también suelen ser confundidas con personas cultas, gracias a su gran conocimiento especializado.

Conclusión
Una persona culta no es aquella que solo conoce los temas elevados de la cultura humana. Del mismo modo, que una persona instruida tampoco es una persona culta, necesariamente. Esto, debido a que ser culto es un todo formado entre la alta cultura y la baja cultura.
Por lo tanto, conocer solo la baja o la alta cultura no son suficientes. Si alguien solo conoce una u otra, puede considerarse igualmente inculto. En ambos casos, el resultado es el mismo.
Conocer solo una parte de la cultura —ya sea la alta o la popular— es, en el fondo, otra forma de incultura.

¿Tú qué opinas? ¿Se puede ser culto y reírse con un chiste de Pepito? Cuéntamelo en los comentarios.



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